De firmas y calculadoras

Estos días estoy un poco ausente, y más que lo voy a estar hasta después del día quince. Las razones no son otras más que mi horrible capacidad de organización que me obliga a hacer malabares con el reloj entre mis manos. 

Por un lado está Orquídea Blanca, su venta (que va estupendamente gracias a todos vosotros, porque sin vuestra ayuda esto no sería posible) y su promoción. Ya van dos presentaciones de libros desde el día 17 de junio que salió a la venta y ahora, con el festival de la Semana Negra, tengo la suerte de poder ir a firmar varios días con varias librerías (MÁS INFORMACIÓN AQUÍ). 

Y por otro, ese tan terrible y que tan poca ilusión me hace... Es un examen que me obliga a dedicarle el 70% de mi tiempo (aunque si restamos el porcentaje de tiempo que miro al techo queda en... mmmm....mmmm... 45,5% y un suspenso como una casa). La calculadora ya echa más humo que mi cabeza y eso empieza a preocuparme un poco, así que os dejo para seguir agilizando mi mente, procesando datos y convirtiendo operaciones conscientes de mi organismo en procesos automatizados, porque como me decían en el instituto "Los cálculos matemáticos están en las manos, no en la cabeza", supongo que para la estadística también valdrá este principio.