¡Salpicados! Capítulo 21


Capítulo 21

Hacía mucho tiempo que no había una mujer en su cama, incluyendo a Verónica, pero la melena rizada de Ciara quedaba tan bien ahí que su presencia se le hacía tan natural como las propias sábanas.
-Buenos días.
-Buenos días -Gabriel se echó sobre ella cubriéndola a besos. Ya no había vergüenza, era imposible después de haber compartido esa  noche-. ¿Qué tal has dormido?
Ciara  se dejó besar, era agradable que él llevase las riendas por primera vez. Le observó mientras se levantaba desnudo y se ponía algo encima anunciando un desayuno tardío en la cama. Disfrutaba viéndole así,  con su renovada seguridad.
-Nada de desayunos tardíos -le dijo ella-. Quedamos para ir a comer con tu madre y Melisa, ¿recuerdas? La enana estará deseando verte.
Estaba bien que Ciara estuviese pendiente de su hija,  pero a Gabriel le habría encantado que le rogase cancelar  la  cita. ¿Era  tanto pedir una noche más? ¿Un fin de semana completo a solas?
-Es cierto -murmuró- ¿Crees  que deberíamos  decirles...?
-¿Qué te acosé en la bañera y que tuvimos un sexo increíble? -bromeó-. No, no creo que debieras.
-¿Increíble?
Ella sonrió al verle ruborizarse.  Aún tenía que madurar,  pero no dejaba de ser un hombre y a la mayoría de ellos les encantaba conocer los detalles de haber dado la  talla.
-Sí, Gabriel -dijo ella gateando por  la  cama hasta alcanzarle-.  Lo de anoche fue increíble, pero -le agarró por  la cintura del pantalón y lo acercó a ella- para ganarte una buena nota tendrás que demostrarme que no era la suerte del principiante.

La comida en casa de Cándida  no pudo ser  más normal y, a  pesar de las miradas de las que solo ellos eran partícipes, Melisa había sido el centro de  atención como era habitual. Tomaron la  decisión de no contarle a nadie lo ocurrido, ni siquiera a Laura. Por el bien de Melisa, no tenía sentido alertar al mundo de una relación que siquiera acababa de empezar; pensaban tomarse  las cosas con calma. Sin embargo, mantener su decisión con el paso de  los días fue haciéndose algo mucho más complicado. Cada  vez que se estaban cerca, ninguno de los dos podía controlar la necesidad de tocarse, de besarse....
Exprimían los horarios escolares al máximo y en las horas de sueño de Melisa, Ciara se escabullía a la cama de Gabriel sigilosamente. Se sintió de nuevo como una adolescente en el internado, besuqueándose a escondidas, susurrando prematuras palabras de amor y ahogando gemidos en la oscuridad. Era cuestión de tiempo que Melisa les sorprendiera abrazados en el salón dos semana después.
-¡Mel,  deberías estar  durmiendo! Mañana hay cole -le  regañó su padre.
-Es que tenía una pesadilla,  ¿tú también tenías una pesadilla, Ciara?
Ciara se apartó de su padre haciéndole un sitio en el sofá, golpeó dos veces el espacio que quedaba entre ellos y Melisa lo ocupó de un salto y una sonrisa. Allí estaba pasando algo muy interesante y, no solo le iba a permitir irse más tarde a la cama, sino que iban a compartirlo con ella.
-Cariño, tenemos que decirte algo -empezó-. Tu padre y yo...
Los enormes ojos castaños de Melisa, casi idénticos a los de Gabriel, le robaron toda la seguridad en sí misma. Tenía planeado algo parecido a un discurso para cuando llegase este día, pero esta niña estaba consiguiendo intimidarla mucho más que los catedráticos ante los que tuvo que defender su tesis.
Gabriel, consciente de que Ciara sería incapaz de continuar, le agarró de la mano y asintió con la cabeza. él tomaría el testigo, después de todo Melisa era su hija, era su responsabilidad decírselo.
-Verás, Mel. Ciara y yo... -La niña giró la cabeza para mirar a su padre y en ese mismo instante Gabriel olvidó cómo articular las siguientes palabras. Ciara le devolvió el apretón de manos.
-¿Ciara y tu, qué? -insistió Melisa. Observó las manos unidas de ambos y dejó escapar un suspiro-. Si me vais a contar que os dais besos, ya os lo podéis ir ahorrando.
-¡¿Cómo?! -exclamó Gabriel mientras Ciara rompía a reír-. ¿Cómo sabes tú eso?
-El otro día, cuando Ciara se estaba lavando los dientes te vi entrar en el baño y darle un abrazo. Y luego le diste un beso en la boca aunque tuviera espuma -dijo poniendo cara de asco-. Ese día fui con Jairo y su madre al cole y se lo conté -Ciara y Gabriel intercambiaron una mirada de pánico al pensar en Laura-. Y Jairo, que es un poco tonto, decía que seguramente Ciara estaba mala y que tú solo la estabas ayudando... Pero Laura me dijo que solo es porque os queréis mucho, pero yo ya sabía que los mayores que se quieren con amor se besan en los labios. ¿Tú quieres a Ciara con amor, papi?
-Sí -respondió rápidamente-, la quiero con mucho amor.
-¡Ah, menos mal! Porque la profe de reli dice que solo hay que besarse cuando se está casado y cuando le conté que vosotros no estáis casados y que os dais besos me dijo que no es pecado si os quereis con amor.
Gabriel carraspeó la garganta al imaginarse a su hija contando sus intimidades por cada esquina de la escuela.
-¿A cuánta gente le has contado lo que viste, Melisa? -le preguntó Ciara acariciándole el cabello con dulzura.
-Laura me dijo que no se lo chivase a nadie más, que ya lo contaríais vosotros cuando os apeteciera. -El consejo de su amiga, hizo que ambos suspirasen aliviados-. Así que solo se lo dije a ellos, en mi clase de reli y a mis cinco mejores amigas del cole.
-Bueno, a estas alturas lo sabrá todo el barrio -murmuró su padre.
-A mis amigas TENÍA que contárselo -se excusó-. El padre de Lore tiene novia y ella siempre está presumiendo de que su segunda mami es muy guapa. Pues la mía lo es más y además es más lista.
Ciara no pudo evitar sentirse halagada y le dio un beso en la coronilla. Desde luego, a guapa y lista, nadie superaba a Melisa.
-¡Ah! -exclamó la niña-. Y también se lo dije a güelita.
Instantáneamente, Gabriel se quedó pálido. Cándida nunca le perdonaría que no hubiera compartido esa información tan vital con ella. A Ciara, sin embargo, se le escapó una carcajada.

3 comentarios:

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  2. Me ha encantado! Respecto a cierta introducción de esta entrada en las redes... Es un borrador, todos necesitamos corrección, pero lo importante es la historia que cuenta, al menos yo lo veo así. Así que no te preocupes por eso!!

    Como ya te dije, Melisa es una ricura!! Para comérsela!! Menos mal que no se lo iba a contar a nadie...jijijij

    Y me encanta que estos dos por fin hayan dado el paso ;-)

    I need more!!! <3 <3 <3

    Mil besos, preciosa!

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    1. Sí, lo importante es la historia, los personajes que van surgiendo y cómo se van desarrollando... Pero claro, en los borradores tiendo a descuidar mucho la ortografía e incluso la estructura. Como escritora no me beneficia mucho publicar cosas sin pulir, pero bueno, supongo que me siento en la necesidad de compartir esas ideas que a veces nos aporrean la cabeza ansiosas de salir :)

      De nuevo, gracias por leerme y comentar. Un besote enoooorme ;)

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