César y yo echaremos el pestillo, dejaremos las persianas a medio cerrar para despistar a los ladrones (que espero que no lean este blog) para volar 3 horas hasta Bruselas. Sí, como nos parece que en Asturias hacía poco frío este año, cogemos y nos vamos hacia el norte a ver si bajamos unos cuántos grados más.
¿Recuerdas que te conté como había decidido que fueran mis regalos? ¿O cómo había decidido que fuera mi consumo?
En 2015 recorrimos parte de Italia en tren en nuestro viaje de novios. En 2016 regresé a Londres, como regalo de navidad familiar, para reconciliarme con la ciudad después de mi experiencia viviendo entre ingleses. Y este 2017 empieza con Bélgica como regalo de aniversario, regalo de reyes y de San Valentín en un solo pack.
No es que hayamos renunciado a lo material, pero cuando pones en una balanza el precio de un nuevo smart phone (que no, que ya no son móviles) y ves que cuesta lo mismo que un viaje para dos personas a Bruselas, Brujas y Gante, te pesa más este lado. Cierto que volamos en low cost, que nos alojamos en un apartamento, hacemos tours gratuitos y todo lo que puedo lo organizo yo por adelantado empapándome de la historia de la ciudad. Pero no deja de ser una experiencia vital a la que un objeto jamás podrá igualar.
Por supuesto, sigue habiendo caprichos materiales que nos concedemos y, mientras se pueda, nos concederemos toda la vida. Los libros son algo que nunca falta, en ninguna festividad, cumpleaños o fecha señalada. Porque en una casa de amantes de las letras no hay mejor regalo que una nueva aventura en Mundo Disco, luchas por el poder o amor a raudales... Que es lo que toca en febrero, ¿no?
No estoy en contra del consumo, pero sí del consumismo. Del mismo modo que no creo que debamos marcarnos los objetivos de moda, opino que no deberíamos consumir lo que toca. Al igual que con los objetivos que nos marquemos, deberíamos consumir tan solo en lo que nos hiciera felices.
Solo lo que sume. Lo que alimente tu alma o haga tu vida más fácil. Lo que realmente importe.
No estoy en contra del consumo, pero sí del consumismo. Del mismo modo que no creo que debamos marcarnos los objetivos de moda, opino que no deberíamos consumir lo que toca. Al igual que con los objetivos que nos marquemos, deberíamos consumir tan solo en lo que nos hiciera felices.
Solo lo que sume. Lo que alimente tu alma o haga tu vida más fácil. Lo que realmente importe.
En nuestra vida lo que suman son los viajes y las letras.
¿Qué es lo que suma en la tuya? ¿Qué es lo que te hace feliz?
Diviertete mucho por Bélgica. YO también elegiría, sin duda, esta segunda opción. Y prefiero mil veces viajar en low cost, informarme antes y tours. Es la mejor manera de viajar.
ResponderEliminarLo libros que no falten tampoco durante el viaje.
Un saludo
Gracias, Eleia. Las experiencias, son lo que la mayoría elegimos. Sabemos lo que de verdad cobrará importancia cuando se escriba la última página de nuestro libro. Por algo será ;)
EliminarDisfrutad un montón del viaje. Y algún día, entre cafés, nos contáis qué tal la aventura. A mí personalmente Brujas y Bélgica me enamoraron!
ResponderEliminarUn besazo enorme. Y sí, tb soy de las que prefiere recortar durante el año para podernos ir de vacaciones en verano xD
Qué necesario es viajar para abrir la mente!!! Muakis
¡Qué gran verdad, amiga! Viajar, ver otras costumbres (que no necesariamente otras culturas, aunque sí así se puede mejor que mejor) y aprender otra forma de vida te ayuda a abrir la mente y replantearte muchas cosas. Gracias por dejar tu huella.
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