El Emocionario

Esos días en los que se sabe muy bien en qué echar el tiempo yo suelo acudir a librerías. Puedo pasarme una tarde entera perdida entre libros, sinopsis y babeando ante portadas hermosas. Esto último suelo disfrutarlo mucho más en la sección infantil. Los libros son tan grandes y sus ilustraciones tan llamativas que, en lugar de almacenarlos en estanterías, deberían exponerlos como cuadros decoratios.

Y, admirando esos tonos coloristas que tanto me animan, con esas historias que tanto enseñan, encontré el Emocionario de Cristina Nuñez y Rafael Valcarcel.



Este libro, plagado de ilustraciones, está ideado con el objetivo de que, ya desde niños, podamos comprender el enorme catálogo emocional del que disponemos desde el minuto que venimos al mundo. Obviamente, no todas las emociones se desarrollan de golpe, por eso, a medida que avanza la infancia, vamos descubriendo sentimientos que antes desconocíamos y que no sabemos muy bien cómo etiquetar, o, peor aún, cómo identificar.



La experiencia, la madurez o el simple devenir de la vida nos hace adaptarnos a esas emociones cuando crecemos. Queramos o no, tenemos que ajustarnos a un registro emocional controlado para vivir en sociedad, pero eso no significa que sepamos identificar y entender todas esas emociones... Alguna que otra se queda por el camino y cuando la digestión se atasca a veces puede dar lugar a serios problemas.

Entender el complejo mundo emocional es más importante de lo que imaginábamos hace siglos, cuando la inteligencia o la fuerza eran lo único que te haría sobrevivir al resto. 

Estamos hablando de algo tan ínfimo que es capaz de controlar los movimientos sociales más grandes, de algo intangible de origen biológico, de algo que te empuja a emitir respuestas ante los cambios de tu contexto... Estamos hablando de algo tan basal que es imposible de explicar al ciento por ciento. Estamos hablando del animal que llevamos dentro y la sociedad que le educa y provoca. Estamos hablando de magia, bestias y amables hadas madrinas.




En la página web de la editorial Palabras Aladas, encontrarás una guía de lectura por edades. Esto hace que la experiencia didáctica del libro se aproveche mucho mejor, ya que no solo podrás leerlo con tu hijo, sobrino o primo a cierta edad, cuando pase los 7 años podréis releerlo juntos desde otro punto de vista. Además, para quién desee sacarle el máximo jugo, comparten unas fichas de actividades para que el niño y el adulto analicen juntos esas emociones.

Espero poder hacerme pronto con él y compartir la experiencia de leerlo junto a los peques de mi familia. Lo más probable es que sea yo misma la primera en aprender algo nuevo, ¿quién sabe?

4 comentarios:

  1. Con mi niño lo de aprender las emociones lo llevamos trabajando un montón, ya sabes, y me parece imprescindible para todos en realidad, ¡es genial el libro, amiga!
    Una mamá TEA como yo me contó que sus dos hijos tienen TEA, pero que si el mayor no lo tuviese tan acusado, nunca se habría dado cuenta de que el pequeño también porque en su caso no hay problemas de lenguaje, ni mantener la mirada, etc. lo que no tiene es empatía, ni reconoce las emociones propias o ajenas (creo que es alexitimia, tú que eres psicóloga lo sabes mejor que yo, guapetona mía) y le voy a mandar el título porque creo que le va a encantar.
    GRACIAS ^^

    ¡Un abrazo muy fuerte!

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    1. Lo bueno de este libro es que, sea cuál sea el caso, se puede leer y adaptarlo al nivel deseado. En casos de alexitimia no tengo ni idea de qué beneficios internos podría tener, pero sí que sería beneficioso para ayudarle a identificar las emociones en otros a través de sus gestos o de las experiencias que han tenido.

      Me alegra que te haya gustado la novedad. La verdad que libros como este deberían ser más conocidos por gente con niños a su cargo. Los bebés no vienen con manual de instrucciones, pero hay manuales de instrucciones de la vida que sí les podemos ofrecer ;)

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  2. Este libro lo leí el año pasado, una amiga lo tiene y me lo dejó. La verdad es que es maravilloso, no solo la idea en sí, sino que la edición está tan cuidada y las ilustraciones... son preciosas.

    Creo que ya va siendo hora de que se trabaje mucho más la inteligencia emocional, la gran olvidada hasta hace unos años por el sistema educativo.

    Espero que puedas hacerte con él, yo lo recomiendo :)

    ¡Un abrazo!

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    1. Tienes más razón que un santo, Ana. Ya es hora de que la educación emocional se empiece a tener en cuenta en la educación estándar en los colegios. Gracias por dejar tu huella :)

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Gracias por colaborar con tus palabras.