Mentir para triunfar con tu (insertar aquí producto o servicio)

Aviso: Post cínico. Sé que me voy a ganar unas cuántas collejas con esta entrada, pero como tú me conoces de hace tiempo, sé que podrás perdonarme. 

Voy a intentar usar ejemplos de varios productos o servicios con los que quieras triunfar. Por la temática general del blog entenderás que recurra mucho a los libros, pero siempre podrás sustituirlo por una web de moda, una de cocina, la venta de bufandas hechas a mano o mocos insertados (a mano también) en paneles decorativos. Lo que quieras. 

Lo que te voy a contar hoy es un anti consejo moral, pero un consejo co**nudo. Enseguida lo entenderás. Se trata de mentir. Así, como se lee y como suena. Mentir a tu familia, a tus amigos, a tus lectores, a los seguidores de tus redes sociales, al cartero y a esa frutera tan maja que siempre te da los tomates más frescos mientras te pregunta por tu vida de escritor.

¿Alguna vez te has percatado de que todo el mundo tiene una vida de ensueño menos tú? ¿Cómo que no? ¡Venga ya! Va... Abre el instagram y echa un ojo... Ya verás... ¿Qué es eso que resuena en tu cabeza? ¿Postureo? No, no. Nada de eso... Todo el mundo tiene una vida de éxito de la leche. Son yoggins, runners, vegans, writters, comunity managers, fashion victims, diyers y todos viven en lofts con paredes blancas decoradas con frases motivadoras y vistas a una gran ciudad. Les invitan a eventos dónde su presencia es primordial, sus libros se venden solos y varias webs se pelean por sus artículos. Están, casi, casi, a puntito del premio Blog Cuqui Loving. Ahí, ahí con el premio Nobel.

Seamos serios, ¿realmente esas personas tienen tanto éxito como dicen?

Sí, claro que sí. Yo no lo dudaría. Sé cómo ellos y saca una verdad de una mentira.


¿Cómo triunfar con tu proyecto?

  • Di que se está vendiendo mucho. Tanto que te aporta una ganancia de 1.000 € mensuales.
  • Narra tu vida (una y otra vez). Cuenta tu historia como si fueras uno de los personajes de tus novelas favoritas. A la verdad, añade mentiras que solo sean decorativas. 
  • Sé un pelota de órdago en redes sociales y comenta en todas partes donde haya muchos usuarios dando la razón al que más seguidores tenga.
  • Dile a tu frutera lo ocupadísima que estás entre presentaciones y nuevas novelas.
  • Haz de tu caso de éxito un ejemplo a seguir. Ofreciendo los consejos que todos conocemos. Obviedades enormes. Por ejemplo, si has perdido 20 kilos comiendo sano, crea un blog para contar cómo adelgazar comiendo a la plancha, al vapor y haciendo ejercicio. O, si te han publicado en una editorial, cuenta cómo enviaste el manuscrito a una editorial.
  • Y entonces, vende:
    • Crea infografías del proceso
    • Haz un libro sobre cómo vender libros
    • Sube un vídeo en youtube sobre cómo generar vídeos virales
    • Haz un pdf que regales al suscribirte a tu blog sobre citas motivadoras
    • Crea un curso on-line dónde la gente pueda aprender a ser feliz
    • Regala láminas de mandalas con cada descarga de tu libro de relajación
En esos productos solo tienes que incluir cosas que la gente ya sabe. Como que para dormir mejor no hay que consumir cafeína o que para vender libros antes tienes que escribir uno.
  • Y sobre todo, sobre todo, sobre todo, no dejes de hacer fotos chachis de tu comida, amaneceres, playas, pies, ovillos de lana, hojas blancas o de ti mismo haciéndote fotos a ti mismo siendo tan estupendo como genial.

Estoy muy harta. Harta de gurús que te prometen la luna y las estrellas con métodos tan estúpidos como que para abrir un blog antes tienes que elegir bien una temática o que si quieres ser feliz tienes que pensar en positivo. Harta de quién dice que se gana la vida vendiendo manuales o agendas (WTF?). Harta de quién te enseña a vender libros gracias a que ellos venden libros sobre "cómo vender libros". Harta de "expertos" que juegan a ser psicólogos motivándote porque eres una gran persona y lo sabes...

¿Y por qué estoy tan harta? Porque yo creí en ellos. Caí en sus trampas. Creí que su éxito se debía a algo, compré ese algo con la esperanza de aprender y... Nunca aprendí nada que no aprendiera yo sola por lógica junto a un buen café. Nunca aprendí nada que no aprendiera agarrando al toro por los cuernos. Nunca aprendí nada que tú, querido lector, y la experiencia no pudierais enseñarme. 

No hay atajos. Si te falla la instalación eléctrica, ¿llamarías tu vecino carnicero -porque dice que entiende- o al electricista? Si quieres aprender confía en profesionales, si quieres leer una buena novela revisa las críticas en páginas de verdadero interés (comentarios amazon, goodreads...) o fíate de tu instinto, si quieres una web decente confíasela a un programador y si quieres ganarte la vida con lo que amas (por los dioses te lo pido) HAZ LO QUE AMAS, no planifiques cómo lanzar una estrategia para que lo que amas te dé dinero. Eso vendrá después.

Desconfía de quién te venda su éxito antes que su producto. Como decía mi señora abuela, dime de qué presumes y te diré de qué careces.

4 comentarios:

  1. Esta entrada me recuerda a ese paseo tuyo y mío por cierta playa, hablando de guías y de gurús. Casi puedo oler ese café que nos debemos, pero si cierro los ojos me encuentro un zumo y un colacao en cierta cafetería pequeña en Cudillero, y entonces te digo. Haz lo que amas siempre, sigue mostrándonos el camino de la importancia de los detalles pequeños, y no dejes nunca de soñar. Porque sé que nuestros sueños, día a día y con nuestro esfuerzo, se harán realidad. Ya lo hacen. Porque somos guerreras, Carmen!
    Luchamos cada día por las cosas que amamos. Ganemos dinero o no. Y eso es lo importante. No el postureo de vidas divinas que nadie se cree. Ahí hay vacío.
    Un besazo, preciosaaaaa
    Quierote!

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    1. Gracias, Rebeka. No sabes la falta que me hacía soltar esas palabras y tu respuesta ha sido como grito de guerra que necesitaba jejeje.

      Un abrazo enorme, a la espera, de nuevos zumos que compartir ;)

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  2. ¡Aplausos!

    En mi opinión el verdadero maestro somos nosotros mismos. Por supuesto que debemos estudiar a los profesionales de nuestro sector (también de otros) y sacaremos muchas cosas en claro. Pero si esperamos que nos lo den todo masticado... mal vamos.

    En estos días se ha perdido un poco la figura del autodidacta, yo siempre el ejemplo de algunos de los grandes músicos de nuestra era, qué curioso: muchos de ellos fueron autodidactas.

    Las vidas paralelas de las redes sociales me estomagan, que una cosa es que las utilices como ventana para tu trabajo y otra muy distinta es que mientas más que escribes. Porque lo peor de todo es que como tú muy bien dices: de estas mentiras a veces, mediante la transmutación, surgen verdades.

    Me ha gustado mucho la entrada.

    ¡Un abrazo y a seguir luchando y aprendiendo!

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    1. Exacto, Ana.

      Precisamente en mi última novela (que ya estoy moviendo por editoriales...) doy un énfasis especial al aprendizaje auodidacta. Obviamente se necesita formación, pero ¿qué hay de las experiencias que te aportan toda la motivación necesaria? ¿Qué hay de los aprendizajes transversales? Eso es algo que los gurús nunca podrán ofrecernos...

      Un abrazo enorme, te deseo lo mismo :)

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