28 Velas

Una de mis mejores amigas tiene una casa estupenda en un pueblo de la costa asturiana. Está lo bastante cerca de restaurantes, hoteles rurales y un mini-supermercado que te acerca la realidad, pero lo suficientemente lejos de las ciudades (y de la nuestra, en concreto) como para hacerte sentir fuera del mundo. Sus padres son de lo más enrollado y nos confiaban (porque nos habíamos ganado su confianza, todo hay que decirlo) esa casa algunos fines de semana. Durante esos tres días mis amigas y yo nos hacíamos con provisiones masivas de alimentos precocinados, refrescos y mierdas por el estilo, y nos encerrábamos a cal y canto. A veces bajábamos al pueblo a reponer chocolate o nos íbamos un rato a gritar a la playa, pero poco más. En esa casa teníamos todo lo que necesitábamos.

Recuerdo la primera vez que fuimos allí (casi mayores de edad) cuando éramos poquitas. Yo me peinaba con dos moños y sentía que era capaz de merendarme el mundo. La segunda vez, se nos unieron unas compañeras de facultad que empezaban a ser amigas. Aquel fin de semana vi por primera vez una película de exorcismos (nada, en la vida, me ha dado tanto miedo) y dormí de la mano de una de ellas. Claro que tampoco es que hubiese mucho más espacio porque, a pesar de las seis habitaciones, nosotras bajábamos todos los colchones al enorme salón y dormíamos hacinadas como las gallinas. Recuerdo que comí más palomitas de lo que un ser humano es debería ingerir en una sola noche. 

La siguiente vez, creo recordar, tuvimos la idea de hacer una fiesta de Halloween. No importaba que fuese ya noviembre, cualquier excusa era buena para disfrazarnos y celebrar una fiesta dos noches seguidas. Ese viernes bebimos calimocho de un caldero de brujas y comimos ojos y dedos de gominola... Nos pasamos la noche a oscuras, bailando y cantando a gritos. Y al día siguiente repetimos como campeonas. A esa fiesta se unieron más y nuevas amigas, y a la siguiente algunas más. Más tarde se nos iban ocurriendo ideas para otras celebraciones (Halloween pink,  Fin de año, cumpleaños temáticos) y también se unieron los novios y los amigos de estos... Como ya os dije, la casa es grande.

En mi 24 cumpleaños me puse exigente. Yo solía ser de las que organizaba a la gente, la lista de la compra y la que cocinaba, así que quería que me pagasen con un baile hiphopero. Quería reírme un poco, claro, y que ellos se rieran, se tropezaran y se divirtiesen como los niños en los que nos convertíamos al pisar esa casa. Pero me "encerraron" en una habitación durante horas maquinando algo a mis espaldas. Estuve tanto tiempo ahí metida, mordiéndome las uñas por no poder controlarlo todo, que casi me desquicio.

Foto de archivo...
Al salir me encontré una especie de jincana en la que mis amigos eran actores en una de las mejores obras de teatro donde yo era la protagonista. Mi novio era mi guardaespaldas (aún le admiro por haberse hecho un chaleco antibalas con un maletín) y yo la elegida para desvelar el misterio... De habitación en habitación, mis amigos interpretaban papeles, a cada cuál más misterioso, obligándome a enfrentarme a diferentes pruebas. Incluso a comprar droga (pastillas de regaliz)  me enviaron a bordo de la cortacesped. No sé si conseguí desvelar nada, pero al llegar al final me encontré con una enorme tarta de gominolas en medio del salón decorado como un garage grunge y a mis amigos cantándome un rap cumpleañero

Aunque faltaba una de mis mejores amigas, recuerdo ese cumpleaños con mucho cariño. No sé si por el subidón de azúcar o porque Mimi y yo inventamos el escoba-bola mientras nuestros novios sujetaban los cuadros de la pared (lalalalala).

Allí he pasado alguno de los mejores momentos de mi vida, no solo por las fiestas sino por las confesiones entre amigas, las tortitas del desayuno para madrugadoras y la convivencia más pura y loca con personas que, en su momento, fueron muy importantes en mi vida. Muchas de ellas han desaparecido, algunas porque han ido por diferentes caminos al mío y nos hemos distanciado, otras porque no siempre fueron justas conmigo (o yo con ellas, quién esté libre de pecado...), pero otras, las mejores, siguen formando parte de mi vida.

No me avergüenza reconocer que con alguna de ellas no siempre fue coser y cantar. Hemos pasado por diferentes etapas, por distintas vivencias y a veces tenemos opiniones muy dispares sobre las cosas más importantes. Pero, después de años y paños, seguimos estando ahí las unas para las otras (cerca o lejos, eso no importa).

Echando la vista atrás, me siento muy afortunada porque aunque la vida me ha dado muchas patadas (¿y a quién no?) puedo decir orgullosa que he sentido con cada poro de mi piel todo lo que esta me ofrecía. Las personas que han pasado por ella me han cambiado, incluso aquellas que ahora sobran pero que antes nunca faltaban, enseñándome valiosas lecciones. Estoy agradecida por ello, la verdad.


Pero, con el permiso de mi familia y de mi pareja (aquel junto al que he construido mi vida, quién cada día me da motivos para sonreír), quiero dedicar este día a mis amigas. Gracias a Bea, Mimi, Naty y Lulú por seguirme en mis locuras, aguantar mis tonterías y hacerme inmensamente feliz. A algunas os conozco desde antes de cumplir los 12 y aquí me tenéis hoy, con 28 velas recién inauguradas, preguntándome cómo habéis podido soportarme todos estos años. Ha habido cosas buenas, otras no tanto, pero la mayoría han sido fantabulosas. Espero seguir celebrando mi cumpleaños con vosotras dentro de 16 años y que seamos tan enrolladas como para dejar que nuestras hijas bailen bajo las estrellas, jueguen a oscuritas en una casa perdida y tomen el sol en el tejado.

Y esta canción, tan especcciiiiaaalll, para vosotras.

5 comentarios:

  1. Y que durante muchos años más, sigáis disfrutando de esos encuentros llenos de cariño y amistad verdadera.

    Felices 28 guapisima!! Aunque ya te lo había dicho ;-))

    Un abrazo muy grande!!

    ResponderEliminar
  2. Feliz cumpleaños y que cumplas muchísimos más y que vivas todavía más experiencias como esas tan maravillosas que has vivido. (Amo la canción, es una de mis favoritas)

    ResponderEliminar
  3. Por estos lares llego un poco tarde xD
    pero aún así te deseo de nuevo un feliz cumpleaños.
    Gracias por compartir con nosotros esos momentos que
    han sido tan especiales para ti. Espero que con el paso
    de los años llegues a atesorar muchos más :)

    Un abrazo y mil besos.

    ResponderEliminar

Gracias por colaborar con tus palabras.