Cerrad los ojos -al menos entrecerrarlos para poder seguir leyendo- y evocad esa imagen del cielo que nos venden en las películas made in America. ¿Veis las nubes? ¿Veis la puerta de San Pedro? Cruzad esas verjas de oro y no temáis, estáis en el paraiso y los ángeles se encargarán de vosotros.
Suena bien, ¿verdad? Pero antes de idealizar ese lugar tenéis que saber algo: No todos los ángeles son custodios, la mayor parte de ellos se encarga de repartir la ira de Dios entre los mortales y quien sabe que otro tipo de criaturas más.
Hush Hush, otra historia de base religiosa acaba de aterrizar para quedarse.
Nora -como cualquier chica normal de instituto con la que sería fácil identificarse- es una protagonista normalita, algo seca a mi parecer, con poco que aportar a la historia a parte de ser la narradora de la misma. Tiene curiosidad por los extraños acontecimientos que transcurren en su vida desde que Patch llega a ella, y esa curiosidad terminará por transformar al personaje en un ser con bastante más coraje del que me esperaba en ella.
Su compañero de pupitre, atractivo de forma dolorosa -el chico duro que conseguiría que tus piernas temblasen ante una mirada-, es el catalizador para una compleja historia llena de injusticia, lujuria, codicia, celos, agresividad, dolor y placer al mismo nivel. Patch es sinónimo de pecado, de todo aquello que está mal, de lo que deberíamos considerar malo; sin embargo, Nora consigue sentir algo más allá de estas apariencias.
Después de tanto tiempo, debo confesar que no soy de las que se cansa de estas temáticas. Los ingredientes son fabulosos, los chicos increíbles y los argumentos entretenidos; sin embargo sí que me estoy cansando de que las protagonistas femeninas sean pacientes y no agentes de su destino. Vale que al ser normales y no especiales se supone que serán más débiles y vulnerables; pero creo que entre tanta autora (mormona, judía y católica) están reactivando un estereotipo de doncella que en los años ochenta había muerto. Una protagonista con fuerza, artífice, no es aquella que dice palabras mal sonantes o pega puñetazos sino aquella que sabe sacarse las castañas del fuego.
Por suerte, en este libro sí que tenemos un personaje femenino de armas tomar, aunque -como siempre- una mujer fuerte asusta tanto que no le queda otro papel más que el de antagonista. También tenemos a la amiga de Nora, inconsciente y divertida a más no poder que dulcifica el personaje principal, adoré a Vee aunque a veces quise abofetearla.
Como ya he dicho, jamás me cansaré de leer la historia de un amor complicado y prohibido, y en ese sentido este libro es de los mejores. Te enamorarás de Patch en el segundo capítulo, te reirás con Vee, sentirás demasiada impotencia en ciertos momentos que... No voy a spoilear, esta vez no ^^