Mi ansiedad y yo. ¿Cómo tomar decisiones?


En mi caso nunca. Las decisiones más tontas (a ojos de los demás) pueden amargarme el día de una forma que tal vez puedas imaginar. 

Hace unos días me llamaron para hacer la sustitución de una psicóloga a un centro que se encuentra a 45 minutos en coche desde mi casa. Yo, que soy tan sumamente insegura, me planteé ir en transporte público a pesar de que tardaba casi 2 horas en llegar porque no hay buenas conexiones. Y me pareció bien. Me compensó la pérdida de tiempo por la tranquilidad.

Pero la noche de esa decisión no dejé de dar vueltas en la cama. Que si no iba a poder leer porque en el autobús me mareo, que si tenía que esperar media hora tras la salida para coger el bus que tardaría otras dos horas... Y soñé con mi coche, con conducir y con los peligros de la carretera. Y es que las carreteras de esas zonas de Asturias no son precisamente rectas... Pero vamos, que la gente conduce y no muere. ¿Por qué iba a morir yo? ¿Era realista pensar que iba a despeñarme solo por ser yo? Podría ocurrir, claro que sí. Como también podría resbalar en las escaleras del centro y que la cabeza me estallara cuán sandía.

Lo peor es que en ese centro ya estuve en 2014 y en 2015. El primer año fui en coche, superando mis miedos, y el segundo, que estaba más miedica, fui en transporte. El caso es que este último año me prometí que no volvería a ir tan lejos en transporte público (imagina lo bien que lo pasé).

Entonces, ¿por qué ese quebradero de cabeza? ¿Por qué no fui capaz de tomar la decisión según me llamaron de la empresa? 

¿Es inseguridad?¿Es mi gran imaginación a la hora de elaborar la historia de mi muerte?¿Es poca confianza en mis habilidades?¿Es que no respeto mis propias decisiones?¿Tengo miedo a conducir?¿Es un pájaro? ¿Es un avión?

Pues sí. Un poco de todo eso, pero ni junto es bastante. Lo mío tiene otro nombre que seguro que también te suena: Ansiedad. 

Hay muchos tipos de ansiedad, pero la mía es la más chachi. Se denomina Ansiedad Generalizada y no es casualidad. Me preocupo por todo. Al principio solo era por morirme (casi nada). Somatizaciones, lesiones musculares muy leves, ataques de asma, intestino irritable... Todo me hacía (y me hace) pensar en la muerte. Después mi preocupación empezó a generalizarse, me preocupaba cambiar un jersey y que me pusieran pegas, que el ascensor se bloqueara, que la tarjeta del bus no me pasara, no caerle bien a todo el mundo que llega a conocerme un mínimo, llegar cinco minutos tarde a citas no importantes... ¿Te imaginas lo que era para mí ir a un examen?

Si alguna vez has sufrido ansiedad seguro que sí. Palpitaciones, temblores, falta de estabilidad, mareos, sudoración, náuseas... Elije el síntoma que más te guste porque hay gran variedad. Mi favorito era la falta de aire y el dolor en el pecho. Muy agradable. Sobre todo porque esas situaciones de estrés me provocaban fuertes migrañas en días posteriores.

No podía seguir con ello y confié mi problema a un profesional. No fue fácil porque tuve que asumir que la ansiedad no iba a desaparecer nunca, iba a tener que aprender a vivir con ella. Durante un tiempo tuve que someter a un diálogo crítico todos mis pensamientos y, aun así, la ansiedad seguía apareciendo. Pero poco a poco, la fui dominando a ella y no al revés.

Sin embargo, esta es una batalla constante. Ahora puedo coger el ascensor sin angustia y cambiar la ropa que no quiera; pero enfrentarme a decisiones como coger el coche 45 minutos... Es algo que me hace huir. Y estoy cansada de huir. Por eso voy a llevar el coche todos los días a trabajar sin quejarme (bueno, tal vez me queje un poco) aunque sea temblando. Porque soy yo quién va a dominar mi vida y no mis miedos absurdos a una continua muerte que -mira tú por dónde- de momento no llega. La única forma de tomar decisiones, con ansiedad o sin ella, es dejar el miedo a un lado.




5 comentarios:

  1. Mi culito agorafóbico te entiende perfectamente y compartimos los síntomas físicos, aunque a mí no me dan migrañas.
    Todavía no me he sacado el carnet, me cago viva de pensar en coger un coche por lo mirmo, porque me distraigo con cualquier cosa y conduciendo sería un peligro constante, pero algún día, quizá, no sé... Gracias por el post, cielote, y A POR ESAS CURVAS.
    ¿Será Cudillero otra vez? ;) no hace falta que me lo digas, me gusta pensar que sí y cómo te envidio, aunque por otra parte, no tanto, ya sabes, mi culito agorafóbico se alegra de no ser tú, mi niña valiente.

    Mil besos!!!

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    1. Yo también creía, mientras me sacaba el carnet, que si me ponían una canción en la radio que me gustara, me mataría fijo... Me distraigo con el vuelo de una mosca, pero cuando me pongo tras el volante me convierto en un espabilado gato al que no se le escapa un detalle. Ojalá a lo largo de mis estudios hubiera tenido esa capacidad jajaja

      Esta vez no toca Cudillero (aunque estuve este 2015 un mes y espero volver este verano). Es algo más lejos, perdido entre montañas, con un encanto diferente ;)

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  2. Vaya que si te entiendo!! Sobre todo en lo de somatizar y pensar en la muerte. Te lo dice una hipocondriaca xD

    Sé lo que es la ansiedad, lo he hablado contigo muchas veces, así que te entiendo y muy bien. Pero también sé, porque te conozco más que de cinco minutos, que eres valiente, que es imposible que haya una persona a la que no le caigas bien porque eres un osito de peluche, pero es mejor que no le caigas bien a todo el mundo porque así me caen más abrazos a mí y no tengo que repartirlos (es broma), y que sea cuál sea el miedo que aparezca, con muchas respiraciones y un par de ovarios, lo superarás. ¡Está en tu naturlaeza! Que eres asturiana! Que los del norte podemos con todo y más!
    Porque aunque cueste, hemos de manejar nuestros miedos y nuestra vida, no que ellos nos superen a nosotros!
    Un besazo, mi niñaaaa! Quierote!

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    1. No se puede caer bien a todo el mundo y lo sé; pero a veces estoy tan centrada en crear buena impresión y dar lo mejor de mí en el trabajo que me paso y no soy yo misma. Debería relajarme más... Todos deberíamos hacerlo :)

      Gracias por tu apoyo preciosa, me quedo con esos abrazos (ya te los devolveré otro día que hoy me hacen falta)

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  3. Mucho ánimo con los viajes al trabajo y todo aquello que te propongas :)
    Sé que es triste, pero hay que asumir que es imposible caerle bien a todo el mundo. Además, si no tuviésemos un archienemigo la vida carecería de conflicto, de chicha, vamos xD y eso en las novelas se nota [Fin de la broma]

    Ahora en serio, yo conozco a personas que padecen ansiedad y no hacen nada para solucionarlo, se limitan a seguir igual y no quieren ni oír hablar de un experto. Tú has sabido reconocer el problema y estás trabajando en ello y eso solo lo hacen las personas valientes.

    ¡Un abrazo enorme desde este rincón del mundo!

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