¡Salpicados! Capítulo 16


Capítulo 16

El fin de semana pasó sin que hubiese contacto entre ellos. Es curioso como en una época en la que las necesidades pueden ser comunicadas instantáneamente a veces te sientes incapaz verbalizarlas.  Gabriel tenía miedo de la próxima reacción de Ciara, sabía que después de su charla no había vuelta atrás. Sin pretenderlo le había soltado una especie de ultimátum a la chica que el destino parecía haberle regalado. Después de meditarlo entendía cómo podía verse desde el otro lado: O estás conmigo y con Melisa para siempre, o dejamos esto como esta. Y le asustaba la idea de que Ciara, después de haber tenido tiempo para pensarlo, decidiese dejar las cosas dónde estaban, en una bonita amistad.
Estuvo ausente durante los diez minutos a pie que recorrían cada día hasta la escuela. Por suerte, Melisa estaba tan entretenida con Borja que no tuvo que fingir ante ella y su gran intuición femenina. Ojalá hubiese sido igual de fácil escapar de la de Laura.
―¿Y tú vas a darte por vencido, verdad? ―le preguntó ella tras escuchar su versión de los hechos―. Eres un cojonazos.
―Creo que Ciara necesita tiempo para pensar.
―Ya. Hasta yo podría inventarme una excusa mejor ―le espetó―. Estás cagao.
―No sabes de qué hablas ―respondió mirando al frente. Pretendía darle a Laura la imagen de seguridad que siempre había deseado tener, pero no lo conseguía.
―¿Sabes qué es lo que más me gusta de los latinos? ―dijo haciendo referencia a sus dos últimas relaciones―. Que no le dan tantas vueltas al coco y pasan a la acción. Para eso ya estamos las tías. Vale, puede verse como algo machista, pero por muy segura que sea una mujer a veces necesita que su macho sea un macho de verdad. ¿Me entiendes?
―¿Y qué hago? ―le dijo en las cercanías al colegio―. ¿Me presentó en la cervecería y me la tiro en el almacén?
―Mmmm, a mí eso me suena bien. Pero no creo que a Miss Universitaria… ―respondió consiguiendo una mirada de incredulidad por parte de Gabriel―. Ay, pavo. ¡Yo qué sé! Búscate la vida como lo hacemos todos, pero lánzate a por esa tía de una vez por todas porque no vas a volver a encontrar a alguien que te soporte y tolere a una cría que no es suya.
―Tienes razón…
―Claro que tengo razón ―añadió encendiendo un cigarrillo a la puerta del colegio―. No habré estudiado, pero tengo matrícula en la universidad de la vida.
Gabriel se echó a reír. Le quitó el cigarro de la boca y lo aplastó contra el suelo dejándola un tanto indiferente, no era la primera vez que pasaba.
―Me gustaría hablar hoy con ella, pero es lunes y tiene el último turno ―le explicó. Sacó el móvil del bolsillo para mirar el calendario―. Joder, y hoy mi madre tiene tarde de bingo.
―Yo me quedo con Melisa ―Laura fingió hacer un gran esfuerzo que a Gabriel le sacó una enorme sonrisa―. Pero sabes que tengo que ir a tu casa porque yo vivo en la de mis padres… Si no te importa que Borja y yo durmamos en tu cama, no tengo problema. ¡Ah! Y quiero acceso a la nevera ilimitado.

―Hecho.

2 comentarios:

  1. Ummm, quiero más. Este capi de transición me ha dejado con ganas de más ;-)
    Polvo en un almacen o lo que sea!! jijiji

    Mil besos, preciosaaaaa!

    Siento estar ausente, Manu sigue de baja (por gripe) y esto de hacer de enfermera y aprovechar estas mini vacaciones para ver series y documentales juntos,...no me deja tiempo para nada!!!

    Aún así imposible no hacer un alto en el camino para leerte, con Salpicados me está pasando lo mismo que con Sin Licencia!!

    Besinesss

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    1. Muchas gracias Rebeka. Sin tus comentarios esta historia estaría completa y no tendría ni gracia seguir colgándola aquí. Gracias de corazón MUAAAKKKS

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Gracias por colaborar con tus palabras.