30 days of night

 Si algo sabemos de Alaska es que hace frío, también sabemos que está muy cerca de Papa Noel Polo Norte y que eso significa largos inviernos alejados del Astro Rey.  Y como todo el mundo sabe que los vampiros, dependiendo de los autores que los relaten o los anillos del humor que posean, no pueden caminar bajo la luz del sol; Steve Niles escribió la historieta de una novela gráfica a la que Ben Templesmit le dió los colores apropiados. ¿El resultado? ¡clic!

 Un poco más tarde, David Slade llevó a la pantalla una adaptación, bastante fiel a mi juicio, de una historia que podría despertar un terrible miedo hacia la oscuridad... ¿Os suena? 

Josh Hartnett encarnará a uno de los pocos miembros de la seguridad que se quedan en este pueblecito de Alaska en esta época del año que pocos soportan: 30 días sin ver la luz del sol. La mayoría se toma unas vacaciones, pero los trabajadores de los que depende el desarrollo local deben permanecer. ¿Acaso existe un caramelito mejor para los señores y señoras vampiros? Un pueblo alejado de la humanidad cubierto por el manto de la noche... Pero cuidado, estos no son vampiros rodeados de halos de bondad, actractivos o simplemente iguiénicos. Los vampiros que aparecen en esta película son bestias diseñadas para convertirse, desarrollarse, alimentarse, reproducirse y vivir eternamente. Para conseguirlo tan solo hay un secreto: pasar desapercibidos. 

 Son mucho más que siete veces más fuerte que tú, veloces e inteligentes... Sin embargo, el instito de supervivencia humano a veces va mucho más allá de lo imaginable, pues el ser humano cree en algo que ellos no esperan: El sacrificio.

 Soy bastante miedosa, bastante tirando a irracionalmente miedosa, pero eso nunca me ha impedido ver películas de terror (tal vez eso tenga algo que ver con mis miedos irracionales, tendré que estudiarlo...) Me encanta el teenage terror, el terror de verdad y el terror que te lleva a desarrollar estrés postraumático; se apreciar cosas buenas hasta en las películas terriblemente malas, sin embargo este no ha sido el caso. La temática del comic me fascinó en cuanto supe de su existencia, la historia es buena y David Slade hizo un buen trabajo en su adaptación. El reparto fue acertado, realmente consiguieron que me metiese en la película hasta aterrorizarme, pero quisiera destacar a los actores que encarnaban a esos vampiros que emitían sonidos guturales para comunicarse, que se movían como serpientes y atacaban como bestias. 

 Ojalá pudiera decir lo mismo de la segunda parte cuyo reparto (del que no se repetía ni un solo actor de la primera) me horririzó hasta límites insospechados... Si tenéis la oportunidad de disfrutar de la primera os la recomiendo, pero intentad imaginar que es única en su especie y que ahí termina la historia.