LA GUERRA ES LA PAZLA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUDLA IGNORANCIA ES LA FUERZA
Un joven llamado Eric Blair, cuya vida fue una auténtica carrera de desgaste entre colegios privados que no podía pagar y su inmersión en la guerra civil española por decisión propia, murió antes de que el mundo escuchase todo lo que tenía que decir. Por suerte -podemos considerarnos afortunados de ello- han llegado a nuestros días algunas de sus obras magistrales escritas bajo el pseudónimo por el que es conocido Geroge Orwell.
Título: 1984
Trilogía incompleta: Rebelión en la Granja, 1984.
Autor: Geroge Orwell
Editorial: Destino
ISBN: 978-84-233-4231-0
La novela, narrada en tercera persona, tiene un claro protagonista llamado Wiston Smith. La historia comienza con un día cualquiera en la vida de este hombre, miembro del partido exterior, acudiendo a su trabajo y a su tiempo de ocio pautado por las normas vigentes en su actualidad. Nos encontramos en una disutopía, situada en Londres en 1984, una vez que el IngSoc (socialismo inglés) toma el poder sobre toda Oceanía -territorio compuesto por el continente americano, parte del africano, Australia y algunas islas como las que antes eran llamadas Reino Unido-.
El IngSoc establece enseguida una sociedad autarquica en la que las leyes impuestas configuran la vida de todos los miembros del partido. Las clases sociales, supuestamente abolidas, podrían identificarse de tal forma: Partido Interior como clase alta, Partido exterior como clase media y Proles como clase baja. Los Proles, cuyas vidas están sujetas a las disposiciones del Partido, son los únicos a los que se les permite la libertad de vida y pensamiento al igual que a los animales. El resto, debe pensar y actuar tal como dicta el Gran Hermano. Deben trabajar al modo apropiado, creer en todo aquello que el partido dicta, sentirse satisfechos con el racionamiento de las comidas por parte del Ministerio de la Abundancia, sentir odio cuando el Ministerio del Amor lo ordena, sentir amor real por el Gran Hermano.

Desde mi subjetividad, la historia de amor que ocurre precipitadamente entre Wiston y Julia no ha sido el catalizador de la historia, pues el crimental que Wiston lleva a cabo desde la primera página -dudando del presente establecido por el Ingsoc- es la causa del todo de esta obra. Si bien, puedo afirmar que me pilló completamente desprevenida -tal vez por la educación que el cine americano me ha ofrecido a través de la inspiración de sus obras en este libro- ya que nada ocurría como yo intentaba preveer. Cuando empezaba a pensar "Esto es porque..." el autor me enseñaba lo equivocada que estaba. Sobre todo en ese apoteósico final, que me negaba a creer como posible, aplastando todas mis ideas precondevidas sobre la obra.
Magnífica sería hablar con la boca pequeña.
No escuches a la telepantalla, no te dejes bloquear. No te dejes distraer. No te dejes engañar. No dudes de tu propia existencia. Y entonces, estarás muerto.
Nos vemos en la habitación 101