Sí, esas paredes que se alzan a tu alrededor están ahí para confinarte. Te llamas Aida y te han acusado por el asesinato de tu apuesto marido. Sé que no entiendes nada, pero no te resistas, poco a poco iremos descubriendo tu propia historia.
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Leara Martell (Be Literature) nos presenta una historia original, pulida y poética, llena de paralelismos con la famosísima obra de Verdi, situada en el más puro aquí y ahora. Aida Lízaro ha sido acusada de asesinato, pero es incapaz de recordar nada. Será con su abogado, Fran, con quien daremos los primeros pasos para adentrarnos en un viaje que no dejará indiferente a ningún lector.
Antes del juicio sabemos que Carlo, el marido ideal (atractivo, adinerado, sociable...), maltrataba a Aída. Pero no será hasta la llegada de los testigos cuando descubriremos las verdaderas vejaciones a las que estaba sometida nuestra frágil y vulnerable protagonista.
Una prostituta, un enfermero y un niño serán los encargados de alzar la voz por ella. El testimonio de Violeta, la primera, fue para mí el más intenso. El lujo de detalles en el que entraba se convertían en una denuncia del maltrato que a veces se oculta bajo gritos en silencio capaces de helar la sangre. Durante el turno de Bruno, el enfermero, la lectura me descolocó bastante. Está narrada en primera persona, cambiando de voz por cada protagonista, y su forma de expresarse era tan poética y florida que llegué a pensar que elegir la primera persona había sido un error. Creía que la tercera persona podía ser mucho más apropiada para esta obra (destacando la forma de hablar de los personajes en cada diálogo), pero cuando llegó el turno de Canio... Bueno, digamos que llegó el momento de quitarse el sombrero. Leara me sorprendió gratamente y me dejó con la boca abierta durante un buen rato mientras leía, ansiosa, para alcanzar el final de ese juicio tan controvertido.
Eché de menos una mayor descripción de las escenas, para poder meterme mejor en situación, y un nosequé-que-queseyó que me mantuviese más atenta durante el pasaje de Bruno. Pero se trata de una novela breve, que se lee en un suspiro, que te mantiene al vilo, que profundiza en los personajes con ganas... Y no se puede tener todo.
Solo me queda decir que siendo es la primera obra publicada de Leara, estoy deseando descubrir que está por venir de las manos de esta autora. Ya sabéis, que nadie la pierda de vista.
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Jajajajaj mira tú, ya he leído varias veces que el capítulo de Bruno es el más confuso, es más raro y el más... "peor" de todos :P y justo es a mí el que más me gusta. No lo sé, para mí escribir todo lo que Bruno tenía en la cabeza era mágico. Para que quede bien patente que, para gustos, colores!!!
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado y muchísimas gracias por tus palabras, de verdad :D
Completamente de acuerdo, Leara. Además, en la variación está el gusto y al igual que a mí se me pusieron los pelos como escarpia en la narración de Violenta, otros vibrarán con el mundo interior de Bruno... Y es que es la suerte de saber escribir y meterte en la piel de personajes tan diferentes. Es raro que, siendo el lector que seas, no encuentres en esta novela un pasaje que te erice la piel.
ResponderEliminarFelicidades por la novela. Muy buen trabajo :)