Las estaciones de mi vida

Hoy me sincero y, mientras el asteriode -que no tiene pensado destruirnos- pasa muy cerquita de nosotros, os dejo una de mis canciones favoritas. Extraída de la carpeta de mi P.C nombrada "Country para infieles" -o agnósticos, lo que se prefiera-, espero que os guste. Creedme si os digo que merece la pena. 




Tomé mi amor y me lo llevé Subí una montaña y di la vuelta Y vi mi reflejo en las colinas cubiertas de nieve Pues el derrumbe me derribó Oh, espejo en el cielo ¿Que es el amor? ¿Puede el niño dentro de mi corazón salir? ¿Puedo velear a través de las mareas del océano? ¿Puedo manejar las estaciones de mi vida? Pues, temo los cambios porque he construído mi vida a tu alrededor Pero el tiempo te hace más audaz Los niños se hacen más viejos Me estoy haciendo viejo tambien Pues… Pues, temo los cambios porque he construído mi vida a tu alrededor Pero el tiempo te hace más audaz Los niños se hacen más viejos Me estoy haciendo viejo tambien Pues… Así que, toma este amor y llévalo Y si subes una montaña y te das la vuela Y si ves mi reflejo en las colinas cubiertas de nieve Pues el derrumbe me trajo abajo Y si ves mi reflejo en las colinas cubiertas de nieve Bueno, quizá Bueno, quizá Bueno, quizá el derrumbe te derribará

Lecturas: Los Magos


Ten cuidado con lo que deseas, pues puede hacerse realidad. A veces algo nos parece maravilloso, magnífico, radiante, el súmmun de la felicidad y nos olvidamos de que toda moneda siempre tiene dos caras. 

Quentin, un chico de Brooklyn sin más aspiraciones que seguir adelante con su vida tal y como viene pautada por la sociedad (colegio, instituto, primer amor, universidad...), tiene un poderoso deseo que no se molesta en ocultar. Los viejos libros de Fillory, pertenecientes a una saga de fantasía, le tienen atrapado desde su infancia y, desde entonces, sueña con viajar hasta allí y ocupar uno de los cuatro tronos que el reino reserva para los hijos de Adán (¿os suena de algo?)

Si esto os parece interesante, no sabéis lo que os espera. Dejad que os cuente su historia...



Título: Los Magos
Autor: Lev Grossman
Editorial: Zeta Maxi (Ediciones B)
ISBN: 978-84-9872-400-4
Interesante: Lee los dos primeros capítulos






 Estamos en Brooklyn, una tarde de otoño, paseando por sus calles. A lo lejos, vemos una pareja compuesto por una joven de pelo oscuro preciosa que va cogida de la mano de uno de esos tíos que te quitan la respiración con solo mirarles, de esos que desprenden seguridad por cada poro de su piel, de esos con cejas carismáticas (¿?). Quentin es el que camina justo detrás de ellos, encorvado y largirucho, jugueteando con una moneda entre los dedos helados de su mano derecha. Pero, ¿qué ha sido eso? ¡La moneda ha desaparecido unos segundos hasta aparecerse de nuevo sobre su mano izquierda! Sé lo que pensáis: Este tío es muy raro...

 El trío caminaba hacia una entrevista con las universidades que han solicitado, son chicos inteligentes, hábiles y eficientes, a ninguno le preocupa su futuro, todo está perfectamente planificado. Por mucho que Quentin desee abandonar este mundo ordinario y encontrar, gracias a la magia, el mundo de Fillory, tiene reservado un futuro asquerosamente normal. ¿O no?
 La entrevista para la universidad termina por ser un absurdo, empezando por la muerte del entrevistador (al que nunca jamás volveremos a ver, pero me daba tanta pena de este personaje que tenía que mencionarlo) en cuyo despacho Quentin encuentra el último libro de la saga de Fillory, un libro que el autor nunca llegó a escribir...
 Feliz por haberlo encontrado, camina de vuelta a casa pero el mundo se vuelve extrañamente caluroso. Quentin se pierde en la búsqueda de una nota arrastrada por el viento hasta llegar a alcanzar su verdadero destino: Brakebills, la universidad de Los Magos.

El libro está dividido en cuatro partes. En la primera, el autor nos habla de la universidad de magia, donde Quentin desarrolla sus habilidades y genera algunas nuevas desconocidas para él. En la segunda, tras la universidad, nos encontramos ante la lucha de los protagonistas para adaptarse al mundo real donde la magia les dará cuanto desean, donde obtener lo que quieran sin ningún esfuerzo puede hacerles elegir los caminos equivocados. En la tercera, Quentin se ve envuelto en las luchas de Fillory. Y por último, pero no menos importante, el autor nos deja con la boca y los ojos abiertos a más no poder con un final impactante.

Nuestro protagonista, un ser al que desearemos matar en algunos momentos y al que adoraremos en otros, madura en el transcurso de la historia. Pero madurar no significa ser más listo, más consecuente o más inteligente, a veces madurar es simplemente el resultado de un entorno aburrido sobre una persona con demasiadas expectativas; lo que puede dar lugar a un ser egoísta, depresivo, sarcástico-ofensivo, irascible y consentido. Lo mejor de todo esto, es que Quentin jamás estará solo en su aventura. Alice, Elliot, Janet y Josh serán sus mejores amigos (bueno, tal vez Alice sea algo más importante para él), por suerte para el lector (por la diversión que esto conlleva), igualmente irritantes que él.

479 páginas, a cada cual más extraña, en las que me emborraché de magia y con las que disfruté a un ritmo trepidante. Sangre derramada, sueños truncados, esperanzas aplastadas, muerte y mucho sarcasmo.

A tener en cuenta: 
  • No son adolescentes. Empezamos con 18, pero creciendo de verdad. La ventena es la edad clave de esta novela y hay que entenderla de forma post-universitaria americana.
  • Frecuencia de palabras mal sonantes.
  • El autor no tiene piedad con ninguno de sus personajes.
  • Narración ligera, amena.
  • Moraleja escondida en el interlineado.
  • Sexo sin remilgos.
  • ¡¡La portada es mágica!!

 ¿Por qué lo compré? Porque ese día había olvidado un libro en casa y no pensaba pasarme mi media hora de trayecto en tren mirando al paisaje. La portada me llamó la atención y el título me hizo recordar una reseña de María (cazadora de sombras y libros) en la que se me había hecho la boca agua; como no, la cita de la portada ayudó bastante:

"Los magos es a Harry Potter como un trago corto de Wisky a una taza de té"
Geroge R. Martin.

Lecturas: Renacer


 Hace mucho tiempo, tres libros atrás exactamente, me enamoré de esta novela llena de tópicos -de esos que enganchan- y originalidad a partes iguales. Bianca (pelirroja atractiva e inconscientemente bella), una protagonista llena de inseguridades y amargadita a más no poder, llegó a mi vida sin llamar mucho la atención hasta que Lucas la arrolló con todas sus fuerzas. 

¿Quién es Bella? Una de esas protagonistas, a mí parecer, insufribles.
¿Quién es él? Uno de esos chicos que... Ya sabéis a qué chicos me refiero.

 Renacer es la cuarta y -que yo sepa- última entrega de la saga medianoche. Al comentarla, inevitablemente, caeré en Spoilers de los tres libros anteriores. Pero si los has leído y no los recuerdas, o no los has leídoy quieres seguir leyendol, es importante meternos en el contexto.

 Antecedentes: Los padres de Bianca, vampiros, han engendrado a una niña gracias a los fantasmas, pero ella no lo descubre hasta caer enamorada de Lucas... El problema es que Lucas pertenece a la Cruz Negra, una orden que se encarga de mandar a la tumba a los no-muertos. Cuando Bianca descubre su verdadera naturaleza, su amor se ve truncado, pero es tan fuerte que ni la Curz Negra, ni Balthazar ( = vampiro sexy y caballeroso), ni los fantasmas que acechan a Bianca (reclamando su presencia en un mundo fantasmagórico) podrán separarles. Eso sí, después de huir, huir, y huir, Bianca prefiere morir que terminar convirtiendo a Lucas en un vampiro. Lo bueno es que ella no muere del todo, lo malo es que Lucas termina convertido en vampiro a pesar de los pesares (¡waow! Veritas para y coge aliento) 

 
Título: Renacer
Autor: Claudia Gray
Editorial: Montena, Ellas
ISBN: 9788484417156




 Claudia Gray sabe bien cuáles son los ingredientes necesarios para conseguir que los lectores se enganchen a una historia y decidan seguir leyendo hasta el final. Al menos, eso pensaba de ella hasta que este libro llegó a mis manos. 
 Mientras que Media Noche, a pesar de que Bianca se me hizo insoportable, me gustó, Adicción se me hizo apetecible y  Despedida me pareció una maravilla; Renacer me ha dejado un muy mal sabor de boca. No sé si será cosa de autoras ultracristianas o simplemente casualidad; pero somos muchos los lectores que buscamos algo más en el final de una saga.
 En Despedida, la historia tomó un camino que yo jamás había imaginado. La autora supoo como generar un estupendo climax con una enemiga de armas tomar, una Charity bien perfilada, que consiguió todo cuanto deseó. Sus enemigos superaban en número a aquellos que estaban de su parte, pero Bianca y Lucas resistieron hasta que no les quedaron más fuerzas para ello. Los protagonistas eran fuertes, pero muy humanos, eran lo esperable en una situación desesperada. 
 Sin embargo, en la última entrega todo se soluciona de forma precipitada. La autora se recrea en los momentos romance, en los momentos Bianca envenenada de celos, Bianca torturada, Bianca pensativa, Bianca feliz, Bianca triste y Bianca la chica superpoderosasinlaqueelmundollegaríaasufin. Pero se le olvida seguir perfilando a los grandes enemigos para convertirlos en personitas vunerables a los que será fácil atacar. Y cuando se cansa de hablar de Bianca, ocurre una dura batalla en la que se ven involucrados todos contra todos de una forma tan absurda que me perdí varias veces en la lectura (tal vez porque después de todo, estaba cansada). 

Spoilers. Pero todo acaba bien, aunque sin perdices, perfecto. Fin Spoilers

 Su lectura no me resultó nada agradable, pero como no me gusta dejar los libros a la mitad cometí el error de seguir leyendo. Creí que, al haberme encantado los libros anteriores, necesitaba esta última parte. Craso error, mejor final que el de una Despedida es imposible conseguirlo.

En positivo

Empezar bien el año no es tarea sencilla. Por muchos propósitos de año nuevo que te plantees antes de tomar las uvas, lo difícil está por llegar. Conseguirlos requiere esfuerzo y esa gran desconocida para mi persona: la constancia

Tal vez por eso, antes de asimilar que debo ser constante, mi comienzo empieza mañana. No me gusta reconocerlo, pero a veces soy de las que piensa "deja para mañana lo que no quieras hacer hoy"; sin embargo, en esta ocasión no se trata de eso. Se trata de un simple tiempo de barbecho, un tiempo que por otro lado me he visto obligada a tomar gracias a la maravillosa gripe que me acompañó hasta el día de hoy en el que me siento mucho mejor y más positiva (cosas de tener las fosas nasales útiles, supongo). 

Y aunque el camino hacia la consecución de mis objetivos empiece mañana, esta semana no he dejado de ir a trabajar, ni de estudiar, ni de limpiar mi habitación, ni de escribir, ni de disfrutar de mi gente... Sigo adelante (¿qué otra forma hay?) febril o no. Y por primera vez, que mañana sea lunes y comience la ardua tarea de perseguir mis objetivos, no me siento presionada por ellos. Todo lo contrario. Estoy ilusionada, contenta, emocionada, impaciente... Porque sé que cada día será un pequeño paso hacia adelante, un ladrillo para construir mi castillo y un presente del que disfrutar. Porque construyendo la vida es como voy viviendo.

Me ha costado mucho aceptar que el presente no es una preparatoria para un futuro, que no me estoy preparando para una próxima vida en la que seré rica y no tendré preocupaciones de ningún tipo. Me ha costado aceptar que la vida es ahora y que lo poco que puedas preveer el mañana es una fortuna. Me ha costado aceptar que todo lo que ocurre merece la pena, por muy malo que sea, pero así es.

Así que hay que dejar de perder el tiempo con rumiaciones estúpidas, disfrutar de cada paso que damos, reconocer nuestros logros, pensar en positivo y sonreír cada día del resto de nuestras vidas.



Lecturas: Todo lo que podríamos haber sido...


Estaba yo feliz y contenta, paseando por la zona de librería de unos grandes almacenes, disfrutando del olor y la textura de los libros que más llamaban mi atención, cuando un título más naranja que anaranjado se cruzó ante mis ojos. Había oído hablar de él, había leído cosas bonitas sobre la narrativa de Albert Espinosa, sabía que esta era su quinta edición... No cabía duda, tenía que ser el libro elegido.
 Me acerqué a la caja más contenta que nunca por mi tiempo record en la toma de decisiones mientras acariciaba el relieve de su gran y acertado título, pero nunca pensé que podría estar equivocada. Nunca pensé que este sería mi No-Libro.

 
Título: Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo
Autor: Albert Espinosa
Editorial: Grijalbo
ISBN: 9788425344138
Interesante: La casa del LibroWeb del autor




Contextualizado en un futuro que -no parece- muy lejano, Marcos nos cuenta su historia. El libro comienza con una prometedora afirmación "Me gusta dormir (...)" y realmente te engancha en esas primeras páginas. Marcos tiene un don, algo muy especial, algo que ni siquiera él puede explicarse, algo que nadie entiende pero que todos respetan. Tiene un trabajo y una vida muy normal, pero algo está a punto de cambiar para siempre...

¿Un libro típico? No, desde luego que no. Sin embargo, no es nada sorprendente. No es que me lo esperase, es que a cierto nivel de lectura ya me daba lo mismo lo que podrían haber sido. Desde mi humilde opinión, una pluma delicada y un título carismático no lo significan todo, la historia que cuenta deja mucho que desear.



Spoileando

Los viajes mortales interplanetarios fueron el colmo de la capacidad razocinio y fantasía que soy capaz de aplicar a una lectura de estas características. La obsesión casi enfermiza que Marcos tenía con su madre me descolocó en varias ocasiones; aunque la confesión final "estoy enamorado de mi madre" no la habría comprendido sin esas escenas anteriores. Eso por no hablar del dualismo pasión-madre/pasión-hija, al que nos enfrentamos al finalizar.

Fin  spoilers

Lo mejor es la maestría del  autor para manejar el Don de su protagonista  y, como ya he dicho,  la fantástica estructura de sus letras -en emisiones cortas, de ligera embergadura, pero muy comunicativas-. También destaco alguna que otra verdad encerrada, pero las justas como para que desease terminar la lectura. Sin embargo, para mí no mereció la pena.

No me gusta hacer comentarios negativos sobre lecturas, básicamente porque siempre encuentro cosas que merecen la pena -de hecho, el que haya leído el comentario completo podrá encontrarlas-, pero tengo que ser honesta: No puedo recomendársela a nadie. El autor es bueno, muy bueno. Intentaré leer otras historias suyas lo antes posible para quitarme este sabor de boca. Como puntualización final, quiero repetir que esta es solo una opinión más. Si deseáis conocer otras o, como yo, intentar encontrarle una justificación a esa quinta edición mirad su ficha en Anobii.

Lecturas: Si no despierto


Es invierno, hace frío y los pájaros ni siquiera se atreven a salir. Sam, Lindsay, Elody y Ally, las chicas most popular del instituto se preparan para un día inolvidable: El día de Cupido

Este día puedes enviar una rosa a quién desees, por ello quien más rosas reciba será la persona más popular o más aceptada por sus compañeros. Como comprenderás, este día es muy importante para estas cuatro chicas. Lindsay siempre saldrá ganado, por algo es la que lleva la batuta de esta orquesta, pero el resto no piensa quedarse atrás y ansían rosas, rosas, rosas y más rosas. 

Y como la vida es tan efímera como la belleza de una rosa, no existe una flor mejor para adornar esta historia. Parece que a Samantha no le importan más cosas que obtener una rosa más en este día tan especial, sin embargo, lo que realmente pretende atesorar son fantásticos recuerdos.

Lauren Oliver nos trae una historia diferente. No es perfecta. No se convertirá en tu libro favorito. No soñarás con sus protagonistas cada noche. No te hará pensar más de lo necesario por mucho que Lauren lo refleje en la contraportada. Sin embargo, es una historia que merece ser leída.

No se trata de un romance ni de una historia sobre la amistad, tampoco es de aventuras o terror. Simplemente es un puzzle de siete piezas que Samantha Kingston intentará resolver antes de que sea demasiado tarde, no tarde para ella, sino tarde para....

Las 471 páginas en las que Samantha nos cuenta su historia, una y otra vez, no son repetitivas, no se me han hecho eternas -aunque debo reconocer que el cuarteto llegó a cansarme bastante en la última parte-  y la protagonista parece valerse por sí misma a pesar de las consecuencias. 

Os dejo con mi cita favorita, no viene de la mano de Samantha, pero sí del mejor personaje que plaga estas páginas:

A veces, lo que me da miedo es lo que dejo atrás. Kent.